La Era de los Descubrimientos Después de que Cristóbal Colón emprendiera sus viajes en busca de las Indias, muchísimos marinos soñaban con hacerse a la mar para probar suerte también. Uno de ellos fue Vasco da Gama, que en 1497 se embarcó en Belém y abrió la ruta hacia las Indias bordeando Africa. El 26 de enero de 1531 la ciudad sufrió un terremoto en el cual murieron miles de personas. No obstante, las riquezas obtenidas con el comercio de especias, aumentadas también por las provenientes de Brasil, convirtieron a la ciudad en una potencia, el centro comercial de Europa. En estos tiempos Manuel I levantó la Torre de Belém y el Mosteiro Dos Jerónimos, como agradecimiento a Dios por tanta riqueza. En el siglo XVI se trazó la plaza de Terreiro do Paço (Plaza de Comercio) frente al río, y surgió el Bairro Alto, con comerciantes que venían a establecerse en la ciudad. La Inquisición instaló su régimen de terror y numerosas ejecuciones tuvieron lugar en la Plaza de Comercio. Cuando murió Sebastián I, la ausencia de herederos animó a los españoles a ocupar Portugal en 1580. No fueron expulsados sino hasta el año 1640, cuando el duque de Braganza subió al trono como João IV. El oro traido de Brasil renovó la prosperidad de la ciudad y el rey João V emprendió ambiciosos planes de edificación, entre ellos, el del Acueducto de Aguas Livres, que llevaba el agua desde el valle de Alcántara. Toda la prosperidad cayó en pocos segundos cuando un nuevo terremoto sacudió a Lisboa el 1º de noviembre de 1755, dejándola totalmente destruida. Lisboa - Portugal
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